Esto aparece en noticias en el año 2002:
Astrocitos y neuronas
El número de trabajos de investigación para determinar la capacidad terapéutica de las células madre es proporcional a las esperanzas puestas en ellas.
La actividad es particularmente intensa en patologías degenerativas para las que no existe tratamiento como es el caso de la enfermedad de Alzheimer o el Parkinson. Tanto éstas como la diabetes se caracterizan por la muerte de células, neuronales en el caso de las dos primeras y pancreáticas en el de la última. De modo que la posibilidad de regenerar esta pérdida mediante la inyección de progenitoras celulares es tremendamente alentadora y atractiva. Sin embargo, hasta el momento no se han conseguido pruebas contundentes de que esta estrategia sea eficaz y aplicable. Muchos expertos dudan todavía de que las nuevas células surgidas de la progenitoras inyectadas sean capaces de funcionar correctamente.
Otra de las áreas exploradas es la cardiovascular. Infartos, isquemias y otras patologías coronarias son también un objetivo para el uso de células madre . En este caso la mayoría de los ensayos se han realizado empleando progenitoras celulares procedentes de la médula ósea de un organismo adulto. En este terreno, se han obtenido algunos resultados esperanzadores.
Y esta noticia aparece el 23-10-2008:
Logran crear una próstata en ratones a partir de una sóla célula madre adulta
MADRID.- Científicos de la empresa californiana Genentech, con sede en San Francisco, han sido capaces de aislar por primera vez una célula madre de la próstata para lograr que ella sola vuelva a regenerar el órgano en ratones. Aunque el descubrimiento está lejos de poder reproducirse en humanos, según advierten con cautela los propios investigadores en las páginas de la revista 'Nature', el logro abre nuevas vías de conocimiento sobre estas células capaces de autorenovarse indefinidamente.
Las células madre se caracterizan por su capacidad para dividirse permanentemente produciendo dos hijas diferentes entre sí. Mientras una de ellas sigue siendo capaz de repetir esa pauta reiteradamente, la otra 'hija' pierde en parte su capacidad para dividirse a cambio de lograr especializarse en una función determinada dentro del organismo (por ejemplo, en la próstata). Esta estrategia permite a una sola célula madre generar enormes cantidades de tejido durante la vida de un individuo, regenerando aquellos que van envejeciendo o 'estropeándose'.
En este trabajo, para poder identificarlas y diferenciarlas del resto de células normales que componen la próstata (adultas y especializadas), lo primero que tuvieron que hacer los científicos fue averiguar qué marcas en su superficie las distinguían del resto. Es decir, qué marcadores celulares son específicos de estas unidades y no de las células prostáticas ordinarias.
"Un estudio reciente señalaba que las regiones de la próstata del ratón cercanas a la uretra podían constituir el nicho de células madre", explica en su investigación el doctor Wei-Qiang Gao. Así que compararon las células de esa zona con las de otras regiones para ver qué marcadores celulares se expresaban allí con más fuerza y fijaron su atención en uno de estos elementos, CD117.
Damián García Olmo, responsable de la Unidad de Terapia Celular del Hospital La Paz de Madrid, se ha mostrado fascinado con el trabajo, que ha visto la luz después de nueve meses de discusiones y debate entre los revisores de la prestigiosa revista y los autores, liderados por Gao.
Un depósito natural de células madre
"Una de las cosas más fascinantes del estudio", explica García Olmo, "es que han conseguido dar con el nicho de células madre de la próstata, un concepto que hasta ahora había sido muy discutido". Este reservorio sería el depósito en el que quedan almacenadas las células madre después de dar lugar a un órgano durante el proceso embrionario. "Antes se pensaba que esas células iban dividiéndose y haciendo su función durante la formación del embrión, pero después evolucionaban. Pero pensar que se quedan allí para ir renovando los tejidos de ese órgano durante la vida adulta, y que a partir de una sola de esas células podemos generar una glándula completa es muy importante".
En esos nichos, las células madre se mantienen sin diferenciar durante periodos de tiempo prolongados, gracias a una serie de señales que inhiben el proceso natural de división celular y la protegen de la muerte programada (apoptosis). Se trata de que la célula mantenga su estado pluripotente y su capacidad de autorrenovación, a diferencia de lo que ocurre en el caso de las células tumorales, en las que ese control se rompe. Hasta ahora, los nichos de células madre adultas habían sido localizados con precisión en el caso de la epidermis o las células madre intestinales.
En este caso, los autores identificaron CD117 como el principal marcador para reconocer a las células madre de la próstata y, para demostrarlo, comprobaron qué ocurría cuando las aislaban y las trasplantaban 'in vivo' al organismo de varios ratones de laboratorio. Para comprobar su capacidad de autorenovación, fueron realizando una serie de injertos a los ratones, cada vez con menor cantidad de unidades celulares: En todos los casos, las células madre fueron capaces de seguir dividiéndose y dando lugar a nuevas células hijas.
Una segunda próstata
Incluso trasplantando una sola célula en una zona cercana al riñón (para distinguir la nueva próstata de la glándula original de los animales), los científicos lograron obtener un nuevo órgano completo. Concretamente, lograron generar 14 próstatas a partir de 97 células únicas. Como explica García Olmo, las células no sólo se dividieron hasta dar forma a la glándula fuera de su sitio natural, sino que también fueron capaces de dar las órdenes necesarias y aportar la suficiente información a las células de su alrededor para que su 'creación' tuviese la función de una próstata real.
Hasta ahora, como reconoce el especialista español, los investigadores sí habían sido capaces de ordenar a las células dividirse, multiplicarse, e incluso reprogramarse para cumplir ciertas funciones... Pero crear un órgano implica algo más.
"De una célula de la grasa podemos obtener neuronas, pero no sabíamos crear tejido neuronal, porque esto implica mucho más. No sólo que las células se renueven, sino que hay que crear un andamiaje, dotarlas de función...". De hecho, hasta ahora, este logro sólo había sido posible con la glándula mamaria, que posee mucha más plasticidad que la próstata.
García Olmo subraya lo importante que sería repetir esos resultados con otros órganos, como el páncreas, encargado de segregar la insulina que necesitas las personas con diabetes. "Hasta ahora [en nuestras investigaciones] buscábamos las células más parecidas a las embrionarias, las que menos se habían diferenciado, pero recurrir directamente al nicho donde están en su estado natural nos aporta otra pieza del puzle. Ni siquiera necesitamos reprogramarlas", se felicita el especialista español, que considera que este trabajo repercutirá directamente en el futuro de la medicina regenerativa.
"Este descubrimiento sugiere que CD117 puede ser un marcador de células madre prostáticas también en humanos", explican los autores en sus conclusiones, "aunque la generación de una próstata 'in vivo' a partir de ellas aún debe ser demostrada". Sin embargo, a pesar de la cautela en este sentido, el equipo de Gao señala que ésta es la primera vez que se logra algo así en ratones a partir de una única célula adulta, y lo consideran "un avance espectacular en la investigación con células madre". De hecho, añaden, haber sido capaces de definir sus marcadores tiene importantes repercusiones tanto para la ingeniería de tejidos como para la identificación de las células madre que pueden dar lugar a un cáncer por culpa de un error en su proceso de auto-división.
Los alienígenas
Hace 14 años
2 comentarios:
pero bueno¡¡ ¿acaso no le interesa a nadie esta noticia ???? y me tengo que hacer comentarios a mi mismo????
que me voy a volver loco joder¡¡¡
¡¡La dura vida del blogero!! La noticia es muy importante, en los medios de comunicación estas cosas sólo salen en revistas científicas y poco más. Creo que lo que pasa es que nos suena todo un poco a chino y no sabemos darle la importancia que realmente tiene. De todas formas, habrá qué ver que es lo que pasa cuando experimenten con humanos (eso si no lo están haciendo ya). Por si acaso, ¡me pido un cerebro nuevo, o una próstata, o lo que tengan! Ahora en serio, de la primera noticia a la segunda sólo han pasado 6 años, quizá en un futuro no muy lejano haya remedio para enfermedades que ahora no lo tienen. Pero como ya hablamos, ¿estarán estos avances al alcance de todos o sólo de los que puedan permitírselo? Ese ya es otro tema...
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